Lo
más recomendable, para poder mojar el rostro, es usar agua caliente.
El calor va a hacer que los poros se abran y los efectos activos de
las cremas van a ser mayores. Dos días a la semana, es recomendable
hacer una exfoliación suave de la piel, sobretodo, en la conocida
como “zona T” (o sea, frente, nariz y mentón). Tras realizar la
limpieza, cada mañana es recomendar aplicar un tónico purificante,
para poder normalizar la piel. Para poder terminar la preparación
previa de la piel, no hay que olvidar el uso de una buena crema
hidratante. Va a depender del tipo de piel y la exposición al sol,
lo que hace que sea muy interesante elegir una hidratante con factor
de protección solar, incluída.
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