La
cavitación se recomienda para poder terminar con la grasa, que está
localizada, que no se puede eliminar ni con dietas, ni haciendo
ejercicio ni con otra clase de tratamientos estéticos. Su
efectividad se nota, sobre todo, en la zona de las nalgas, del
abdomen y de las piernas, pero se puede llevar a cabo en otras zonas
del cuerpo. Este método también se recomienda en el caso de
personas que son delgadas o que están en su peso ideal, pero que,
aún así, acumulan grasa en determinadas partes, como son en las
caderas o en la zona de la tripa. A partir de la tercera sesión, los
resultados de la cavitación ya son visibles. Y debemos tener en
cuenta que la cavitación debe ir, siempre, acompañada de terapias,
como podría ser la presoterapia, que nos va a ayudar a drenar toda
la zona, donde se acumula la grasa diluida, la radiofrecuencia para
poder drenar y reafirmar, o la plataforma vibratoria, que se puede
aplicar, incluso, si lo deseamos, antes de llevar a cabo la sesión
de cavitación. La grasa que hemos eliminado no va a volver, pero
debemos mantenernos, tener un seguimiento, para que las nuevas
células de grasa no vayan a crecer y, por esta razón, volvamos a
tener la piel, como antes de llevar a cabo el susodicho tratamiento.
Otra pregunta que se repite es : ¿Cuál es la periodicidad de dicho
tratamiento?
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