La
grasa se va a eliminar, más o menos, en un período de unos cuatro
días, por lo que, desde ese momento, se va a poder llevar a cabo
otra sesión, pero con todos los aparatos que se emplean, se
recomienda realizar una sesión una vez a la semana y que no dure más
de 40 minutos, cada una de las sesiones. Eso sí, las personas que
lleven marcapasos o prótesis, mujeres que estén esperando un hijo o
en pleno proceso de lactancia, personas que padezcan de insuficiencia
renal, con hipertrigliceridemia o hipercolesterolemia, entre otro
topo de problemas de salud, no deberían apostar por este tratamiento
de belleza. En todo caso, cualquier centro de belleza de calidad,
cuando tiene delante a un cliente que tiene alguna clase de
alteración o de enfermedad, lo derivará a un especialista , para
que le diga si es apto o no, para poder recibir dicho tratamiento.
Como en cualquier tipo de tratamiento, es bueno contar con la
revisión de un médico. Si se realiza a personas que no tienen
problemas de salud, la cavitación apenas tiene riesgos. Lo único, y
de forma muy rara, es sufrir una quemadura a causa de la aplicación
del ultrasonido. En ocasiones, puede quedar alguna acumulación de
grasa, en un punto acumulada, que no se ha eliminado como debería,
pero esto tendría lugar, si no se realiza un drenaje, después de la
cavitación. Pero, si se siguen todos los puntos del tratamiento, la
cavitación no debería provocar problemas en el paciente.
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